PROLOGO LA CARTA A GARCIA     Ha oído Ud. hablar de la famosísima "CARTA A GARCIA"?    Es una de las páginas mode...

Prólogo: La Carta a García



PROLOGO
LA CARTA A GARCIA

   Ha oído Ud. hablar de la famosísima "CARTA A GARCIA"?

   Es una de las páginas modernas más populares y difundidas en el mundo. Antes de que la lea conviene que recuerde la historia de tan curioso "mensaje".

  Fue escrita por un norteamericano, el día 22 de febrero de 1899, aniversario del nacimiento de George Washington.
  El único fin que se propuso su autor al redactarla fue excitar a los inactivos y pesimistas a dedicarse con todo el entusiasmo posible a la acción, sin contentarse con hacer únicamente aquello que se les paga, o que es muy fácil hacer.

  La idea creadora de esta carta brotó de los labios de su hijo Bert, quien al final del almuerzo, mientras comentaba la Guerra de la independencia de Cuba, exclamó: "El verdadero héroe de esta guerra fue el que le llevó la carta a García".

 "Si -comentó el jovencito- porque aquel hombre Rowan fue quien en la hora oportuna, decisiva, culminante, llevó a García, el jefe de los patriotas la carta que lo iba a llevar al triunfo. Sin esta carta quizás la independencia no se habría logrado".

  Esta frase iluminó como un rayo la imaginación del escritor. 

  "Sí -exclamó- el joven tiene razón. El héroe es siempre aquel que en cada momento ejecuta con precisión y entusiasmo lo que tiene que hacer. El que lleva la Carta a García". Corrió a su escritorio y de un tirón escribió su famosa CARTA A GARCIA, y la envió a la revista "Philistine".

  En la revista no le dieron gran importancia y hasta la publicaron sin encabezamiento ni título.
  Pero en el mismo día y en los días siguientes empezaron a llover pedidos de aquel ejemplar de la revista.
Uno pedía una docena. Otro 50, otro cien ejemplares. Hasta que llego una carta de la revista Norteamericana "Americans News", pidiendo mil ejemplares de aquella edición de la revista. El editor pregunta a uno de los ayudantes qué es lo que en ese número de la revista levanta tal polvareda y con asombro oye la respuesta: "Ese artículo acerca de LA CARTA A GARCIA". 

  A la semana siguiente el escritor recibe un telegrama de Nueva York: “Deme el precio de CIEN MIL EJEMPLARES del articulo CARTA A GARCIA, publicándolo en forma de folleto, con una propaganda en la portada al Expreso Empire State, e infórmeme cuando pueden empezar a entregármelos”.

  Cien mil ejemplares era una cantidad muy grande para 1899. Pero se imprimieron. Y no solo esos sino que un año después ya se editaron otros quinientos mil y luego un millón de ejemplares.

  A los dos años La carta a García había sido publicada ya en más de 200 revistas, y traducida a los 40 idiomas más importantes del mundo.
 
  En aquel tiempo llego a Estados Unidos el príncipe Kilakof, Director de los ferrocarriles rusos, y al ver que en toda la nación encontraba el folleto de la carta a García la hizo traducir al ruso y al volver a su país la mando a distribuir a todos los empleados de los ferrocarriles rusos.

 Vino luego a principios del siglo la guerra Ruso-Japonesa y gran cantidad de soldados rusos iban al frente llevando en su morral la célebre carta. Al encontrar los japoneses el folleto en poder de tantos prisioneros, concluyeron que debía ser algo excelente y admirable y lo tradujeron a su idioma. A los pocos meses, por orden del Emperador, La Carta a García era enviada a los empleados oficiales de todo el país.
  Las estadísticas cuentan hasta hoy más de 44 millones de ejemplares de La Carta a García impresos y difundidos. Pocos escritos han logrado un éxito tan formidable.

  En los últimos tiempos se oye hablar continuamente de los explotadores. Que fulano se hizo rico porque exploto a los demás… Puede ser, pero lo que no explican es que ese señor no tuvo miedo en llevar La Carta a García. Que no tuve miedo a levantarse a las cinco de la mañana y trabajar hasta tarde de la noche. Que los fines de semana en vez de ir a la cantina se fue a hacer planes de progreso o a perfeccionar sus conocimientos. Que mientras los otros charlaban él trabajaba. Que mientras los demás dormían el echaba cabeza buscando soluciones. Por eso triunfaron, porque supieron lanzarse a la acción sin miedo ni pereza. Porque en vez de echar a una alcantarilla La Carta a García y dedicarse luego a buscar excusas por no haber conseguido fama ni éxitos, se lanzaron con todo el alma a buscar fórmulas para triunfar, y como “todo el que busca encuentra” encontraron las formulas, y practicándolas, consiguieron el triunfo.

  Ahora si, después de tan interesantes datos, lo invito a leerla con atención.


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